Ras

Ras

 

  • Altitud: 4083 msnm.
  • Ubicación: Alto Atlas Occidental - Marruecos.
  • Fecha: Febrero del 2019.
  • Integrantes:
    • Elvis Acevedo (P. Alpinos)
    • Fabián Acevedo (P. Alpinos)
  • Ruta: Canaleta NE.
  • Expedición: Alto Atlas 2019.

Habíamos realizado la travesía de la cadena del Toubkal, y con eso nos habíamos embolsado  nuestras primeras cuatro cumbres en el continente africano, solo con eso, más toda la experiencia obtenida del turisteo por ciudades y pueblitos, ya había hecho que el viaje valiera la pena. Pero aun nos quedaban un montón de días, o al menos los suficientes para seguir sumando cumbres del Alto Atlas Marroquí.

Nuestro siguiente objetivo era el Ras, de 4083 metros, por su canaleta NE, que se veía hermosa desde la cumbre del Toubkal. La había mirado mucho en fotos mientras planificaba el viaje, ya que me encantan las canaletas. Sin ser difícil, era una estupenda ruta alternativa a la normal.

Nos levantamos a las 05:00 am, no habría día de descanso entre el Toubkal y el Ras, nos sentíamos fuertes y queríamos aprovechar de hacer lo que más se pudiera antes de que el clima comenzara - eventualmente -  a ponerse malo. Tomamos desayuno, cómodos, sentados en la mesa y sin el techo de la carpa encima, o los codazos del compañero, como estamos acostumbrados, no es tan terrible esto de los refugios.

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Foto: Timesguida, Ras, y Akioud. Cordillera del Alto Atlas, Marruecos.

Salimos del refugio, crampones listos, y a darle. Igual que todos los días diversas cordadas, prácticamente todas con guías, se preparaban para ir a uno u otro cerro, aunque en general todos van al Toubkal y después bajan. Hoy al parecer también había algunos grupos que iban al Ras, pero por la ruta normal, algo así entendí, mi marroquí no es muy bueno.

Intentaba no mirar mucho a nadie para no poner caras, pero en algunos casos los clientes me hacían pensar que cualquier día de estos o alguien se mataba, o se le congelaba un dedo, gente con zapatillas y unos crampones amarrados que les quedaban sueltos, con jeans y ponchos de lana, alguno con camisa y chaleco, todo un espectáculo. Algunos, los menos, incluso harían alguna cumbre. Deben tener una capacidad de sufrimiento bastante alta, porque las condiciones eran bastantes invernales en la madrugada, después con sol, ya se ponía más regalón el ambiente. Cada uno en lo suyo pensé, al menos acá los guías no arman mafias para imponerse sobre la gente y obligar a contratarlos.

Partimos con Fabián, primero por la misma huella que va al Toubkal, pero rápidamente la dejamos de lado para seguir por otra, menos marcada, que va al Tizi N’Ouagane, el portezuelo que separa el complejo Ras-Timesguida del Bou Ouzzal, y los valles de Assif N’Issougouane, desde donde venimos, del Issif Tatklast, por donde se llega a quien sabe dónde... (traten de leerlo rápido)

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Foto: Valle del Assif N’Issougouane, al fondo el Tizi N’Ouagane (portezuelo)

Para acceder a la canaleta NE, no necesitamos llegar al portezuelo por donde va la ruta normal, sino que debemos desviarnos mucho antes por un valle lateral, el Irhzer bou Imraz, que después de algunas horas de subida por una pendiente promedio de 40º con algunos pasos más empinados, nos deja en la base de la canaleta.

A la base de la ruta en sí, llegamos con luz, aunque el día está bastante frío nos mantenemos a la sombra, lejos aún de los rayos del sol, y a veces siento los dedos de los pies algo entumecidos. Hacemos pocas paradas por lo mismo, no hay que perder el escaso calor generado por el movimiento. La canaleta es sencilla, aunque con algunos tramos algo más empinados, muy similar a otras que he subido en mi querido Chile, como la central del Piuquencillo, o la norte del Alto de la Posada, aunque bastante más angosta. Entre pared y pared no deben haber más de dos o tres metros a lo mucho.

Pateando fuerte en algunos tramos de nieve más dura, llegamos al final de la canaleta, que como premio extra tiene también llegar al solcito, que aunque no calienta mucho, sicológicamente igual algo ayuda. Nos desviamos a la derecha, pasamos una antecumbre (eso es igual en todas partes...) y a cobrar, nuestra quinta cumbre en tierras bereberes.

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Foto: Sobándose las patitas en la cumbre del Ras.

Nos fundimos en un abrazo fuerte con mi hermano, el ascenso fue rápido y sólido, sin inconvenientes de ningún tipo, el día despejado nos regalaba un cielo azul intenso y una vista que se extendía kilómetros y kilómetros por tierras saharianas.

Estuvimos un buen rato, Fabián se sacó los zapatos para masajearse un poco los dedos, con lo que me di cuenta que no fui yo el único con los pies entumidos. Disfrutamos la vista, intentamos calentarnos un poco, sacamos las clásicas fotos y saboreamos el momento de estar en una cumbre tan lejana de nuestros hogares, en tierras que al principio nos parecían tan extrañas, y donde ahora nos sentimos como en casa.

Ordenamos las cosas, y decidimos continuar, no íbamos al refugio aun, quedaban cumbres por subir hoy…

Autor: Elvis Acevedo.

 

“A veces no conoces el verdadero valor de un momento hasta que se convierte en memoria...”

Dr. Seuss.